«La ley de residuos debe incluir soluciones para la espuma biodegradable»

El consultor comercial Circe, Almánzar, dijo que la ley general de la gestión integral y el coprocesamiento de residuos sólidos (Ley 225-20) deben contemplar mecanismos que reconocen el uso de tecnologías que permiten acelerar la biodegradación de la espuma, material que sigue siendo clave para muchas cadenas productivas del país. Esto se expresó durante su participación en el programa, el gobierno tardio de la estación Z101, donde explicó las propuestas del sector plástico contra las reformas que actualmente se discuten en el Congreso Nacional.

Almánzar dijo que el proyecto original fue aprobado demasiado rápido y sin el debate técnico necesario para abordar disposiciones delicadas, como la eliminación de espuma. En ese sentido, dijo que hay aditivos biodegradables capaces de degradar este material en menos de tres años, incluso en entornos abiertos, y que ya están siendo utilizados por empresas dominicanas. La industria, dijo, no se opone al cambio, pero pide que sea legislada en función de la evidencia científica y la conciencia del impacto social y económico que puede generar una transición mal planificada.

Además, propuso que la ley promueva gradualmente la incorporación de contenido reciclado en productos plásticos, como parte de un proceso de adaptación integral hacia la economía circular. «El plástico representa un desafío para el medio ambiente solo cuando no está disponible correctamente. Es por eso que el cambio debe estar acompañado de educación, reciclaje y tecnologías limpias. La ley debe alentar eso, no castigar al que ya está haciendo las cosas bien», concluyó Almánzar.

En ese contexto, el sector advirtió que una prohibición total de la espuma, sin contemplar alternativas viables, podría generar importantes consecuencias económicas y sociales. Los materiales sustitutos, como los compuestos PET o vegetales, son entre tres y cuatro veces más caros y hasta 46 veces densos, lo que afectaría el precio de los productos básicos y la logística de desechos de sobrecarga. Además, muchas compañías se quedarían sin opciones competitivas para exportar, y miles de empleos estarían en riesgo si no se reconocen soluciones intermedias, como el uso de aditivos biodegradables ya disponibles en el país.

Una de estas soluciones es el Biopact, una alianza entre las compañías Plastifar y Thermopac, que prometió fabricar productos de espuma exclusivamente con aditivos biodegradables, certificados bajo estándares internacionales como ASTM D5511, D6691 y D5338. Esta innovación permite que la espuma se descomponga completamente en condiciones de vertedero en un período de 2.7 años, sin dejar microplásticos o desechos tóxicos. De esta manera, se garantiza una transición ordenada y responsable, lo que alinea el desarrollo industrial y la sostenibilidad ambiental sin generar exclusión o afectación económica.

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