Amigo, no te asustes por lo que te voy a decir. Es algo muy serio. Y si logras no asustarte, puede que te enseñe tanto como me enseñó a mí.
Sucedió mientras mis amigos y yo estábamos realizando una visita única, que sólo está permitida unas pocas veces al año. Visitamos a monjas de clausura.
Eran unos veinticinco, sentados frente a nosotros, charlando animadamente.
-“Hay uno de nosotros que está enfermo” – dijo el portavoz.
-“Vaya, ¿no está aquí?” – dijo uno de nosotros.
-«¡Oh sí!» – respondió ella. “¡Levántate Carmencita, para que te conozcan!”
Carmencita parecía tener 21 años. Una chica muy guapa, de pelo negro y ojos vivaces. Su sonrisa me llamó la atención. Se notaba claramente la expresión de auténtica alegría interior.
Me sorprendió que esa fuera la enferma y me atreví a preguntarle:
-«¿Qué tienes…?»
Su sonrisa pareció ampliarse, cuando respondió con total sencillez, y con la entonación de quien informa sobre algo que no merece preocupación:
-«Cáncer…!».
Esa respuesta me conmovió enormemente. No pude entender. ¿Dónde estaba la angustia, el miedo…? ¿Qué había pasado con la protesta y la tristeza…?
¡Impresionante! Sigue leyendo, ahora viene la parte buena.
La explicación de ese gozo incomprensible aparece en las tres sorprendentes buenas noticias de las lecturas de hoy.
En la primera, Dios nos dice:
“Alégrate, no temas, yo te amo, estoy contigo” (Sofonías 3:14-18)
El segundo es tan rico que lo copié completo. Dice: “Como cristianos, sed felices, repito, sed felices. Que todos se den cuenta de lo comprensivos que son. El Señor está cerca, no os angustiéis por nada. En lo que sea, presenta tus peticiones a Dios con esa oración y súplica que incluya acción de gracias. (Filipenses 4, 4-7)
Y la tercera es: La paz de Dios, que sobrepasa todo razonamiento, guardará vuestra mente y vuestros pensamientos en el Mesías Jesús” (Filipenses 4,4-7)
Fíjate bien:
•No tengas miedo – te amo – estoy contigo…
•Sé alegre – No te angusties por nada…
•Mi paz sobrepasa todo razonamiento…
Quienes, como Carmencita, han escuchado y confiado en esta Buena Noticia, tienen la capacidad de superar el miedo y la tristeza, y el privilegio de haber absorbido la alegría de Dios.
“El Señor es Rey en medio de vosotros, y ya no temerás el mal”, profetiza Sofonías (3:15).
LA PREGUNTA DE HOY
¿Qué tenemos que hacer?
Te voy a dar dos respuestas muy simples.
1. Hacer algo por alguien sin que sepa quién fue. “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha” y
2. Crecer en discreción. No reclamar tus derechos. “Él, siendo de condición divina, no reivindicó sus derechos y se convirtió en uno de muchos”.
<
Deja una respuesta